Especialistas e investigadores del Caribe y América Latina culminaron en La Habana un taller para promover la aplicación en la región del programa «El Hombre y la Biosfera», de protección de la biodiversidad ante el cambio climático.
Frank Ortiz, responsable de Ciencias de la Oficina Regional de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en La Habana, dijo que la cita está orientada a fomentar la colaboración entre República Dominicana, Aruba, Haití y Cuba, así como con especialistas de América Latina.
Mediante el taller «Reservas de Biosfera del Caribe en el contexto del cambio climático”, ese grupo de países vecinos busca establecer acciones cooperativas y de asistencia para enfrentar los problemas que ocasiona el calentamiento global en la biodiversidad.
El actual cambio climático que afecta el planeta ocasiona la pérdida de biodiversidad en la región, tanto en el ámbito agrícola como en la reproducción y el hábitat de diversas especies animales, comentó el investigador.
Una de las manifestaciones para el grupo de países es la pronunciada sequía que ocasiona en la zona el cambio climático, que afecta el riego y perjudica el cuidado de los suelos, un tema necesario para asegurar la reproducción de especies vegetales y el trabajo agrícola.
Jonathan Baker, responsable del programa «El hombre y la Biosfera» en América Latina y el Caribe desde la oficina de la Unesco en Montevideo, Uruguay, resaltó que Cuba es uno de los países con mayor cantidad de reservas de la Biosfera en el Caribe.
En ese sentido, Baker señaló que las reservas de la Biosfera son una de las maneras más lógicas para enfrentar el cambio climático y alcanzar un desarrollo sostenible.
Cuba, agregó, tiene muchas experiencias exitosas de adaptación al cambio climático, y es una oportunidad para compartirlas con el resto del Caribe, y también con Centroamérica.
«El hombre y la Biosfera» -dijo- es uno de los programas pioneros de las Naciones Unidas para promover el desarrollo sostenible, y el mismo no solamente mira hacia la conservación pues también contempla la interacción del hombre y sus comunidades con la naturaleza.
Del mismo modo, el colombiano Durcey Stephens, director general de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, reconoció los avances de Cuba en el manejo de las reservas de la biosfera como una experiencia enriquecedora para el resto de la región.
Por otro lado, Gloria Santana, encargada del Departamento de Vida Silvestre del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales de República Dominicana, elogió el intercambio de información que permite este taller para la gestión de las reservas.
Santana comentó a Prensa Latina la influencia de la pobreza extrema en la pérdida de la biodiversidad.
Los principales problemas -dijo- están relacionados con el uso cotidiano de la población. En los ecosistemas naturales las principales especies se encuentran en áreas donde la pobreza es más extrema, y por tanto hay un mayor uso de la biodiversidad.
«El hambre de las personas no tiene que ver con planes ni regulaciones», sostuvo la experta dominicana. No obstante -aseguró- podemos apoyarnos en la gente para hacer un uso sostenible de la biodiversidad.
Los participantes realizan hoy una visita de campo a la Reserva de la Biosfera «Sierra del Rosario», en la provincia cubana de Artemisa, al oeste de La Habana.