El NIÑO ¡¡¿en mayo?!!
Para las Comunidades que se desarrollan en los páramos de Piura es importante proyectar el comportamiento del clima para planificar lo que deben sembrar, dónde sembrar, cuándo sembrar, si es necesario vender el ganado, oportuno comprar o mantener lo que se tiene. Todo depende de las lluvias entre noviembre y abril que representa la campaña principal, y de la interpretación que hombres y mujeres hacen del ambiente en el que viven para estimar si las lluvias se adelantarán o retrasarán, o si serán escasas,
normales o copiosas. Entre setiembre y octubre de 2014, según el conocimiento tradicional validado, la observación de la floración del “guabo”, la “mora” y el “lúcumo” en agosto y del “lanche” en octubre, indicó a los productores de la Sierra que el año sería bueno en lluvias para los cultivos. Sin embargo; la fragilidad de las vías de comunicación ante lluvias intensas, aún por periodos cortos incomunican a estas Comunidades impidiendo la facilidad de intercambios.
En la costa la preocupación por la disponibilidad de agua para la agricultura proveniente de la Sierra y los páramos y la ocurrencia de lluvias de magnitud similares a las de los “NIÑOS” 82-83 y 97-98 genera incertidumbre, para la toma de decisiones importantes.
El cambio climático ha puesto a discusión la dinámica o comportamiento del evento climático con mayor capacidad de afectar la vida económica y social de Piura; pero la variabilidad que acompaña a este cambio global en los trópicos como en el que nos encontramos genera confusiones en las ideas que conllevan a ejecutar acciones.
¿Qué dirías si te comunico que este año la Navidad será en agosto?
Lo más probable es que pienses que se trata de la propaganda de alguna tienda de vestir.
La misma extrañeza te causaría si alguien te dice que la Semana Santa este año será en octubre.
El fenómeno EL NIÑO, técnicamente denominado ENOS (EL NIÑO Oscilación del Sur- ENOS, o El Niño Southern Oscilation – ENSO) fue bautizado así por la comunidad científica internacional en reconocimiento a los pescadores de Paita que, como parte de sus conocimientos tradicionales, sabían que anualmente en la época del nacimiento del Niño Jesús (fines de diciembre) se producía un calentamiento de las aguas del mar por el ingreso de corrientes cálidas desde el Ecuador (Arntz, y Fahrbach.19961; Huertas, L. 20012).
El asunto es muy práctico: lo sienten directamente en su cuerpo y la composición de sus capturas se modifica.
Definición clave El conocimiento científico sustentó aquel conocimiento tradicional demostrando que el ingreso de esas corrientes cálidas se producían con el cambio estacional asociado al debilitamiento del Anticiclón del Pacífico Sur (APS) frente a Chile (en el verano austral).
Verano austral se refiere al verano en el hemisferio sur de la Tierra, esto es del 21 de diciembre al 22 de marzo, aproximadamente.
El APS disminuye su empuje sobre las aguas costeras, debilitando a su vez la Corriente de Humboldt que moviliza aguas frías de sur a norte desde las costas chilenas hasta las de Tumbes.
Disminuida la fuerza de la corriente de aguas frías, las aguas cálidas procedentes del Golfo de Guayaquil hacen su ingreso, evaporan en gran dimensión o gran desarrollo de masas nubosas que luego precipitan.
A partir de junio a julio el APS se reactiva y nuevamente empuja las aguas superficiales propiciando el afloramiento de aguas frías que se movilizan hacia el norte, vuelve la famosa anchoveta y se inicia un nuevo ciclo: un nuevo año normal sin EL NIÑO.
Periódica e impredeciblemente el APS colapsa u oscila, es decir, que en el periodo del año que debe estar fuerte (junio a setiembre: invierno austral o invierno del hemisferio sur) se debilita tanto que no ejerce fuerza alguna de presión sobre el mar, se debilita la corriente fría de Humboldt y la gran masa de agua cálida del Pacífico occidental (Australia, sudeste asiático) empujada por vientos del occidente hacia nuestras costas llegan en forma de grupos o “paquetes” de ondas que se propagan por el ecuador y a lo largo de la costa (ondas kelvin), elevando la temperatura del mar a veces por periodos prolongados. Las aguas cálidas elevan aún más la temperatura de la atmósfera ya caliente por la estación y provocan precipitaciones temporales.
Si estas condiciones se extienden durante los meses de invierno del hermisferio sur, quiere decir que el anticiclón del Pacífico Sur no se reactivó, es decir se produjo la oscilación o el colapso de vientos del sur que no movilizan la corriente de Humboldt; por tanto las aguas cálidas no solo no son desplazadas sino que arriban otras provenientes del Pacífico occidental (Australia) acumulando gran cantidad de energía en forma de nubes que al llegar el siguiente verano (diciembre) desencadena un gran episodio lluvioso: EL NIÑO.
En síntesis:
EL NIÑO: diciembre momento del calentamiento del mar que propicia lluvias.
OSCILACION DEL SUR: colapso en invierno de los vientos del Pacífico Sur o del Anticiclón del Sur.
Lo Aprendido
Las Oscilaciones o “NIÑOS” de gran intensidad de 1982-83 y de 1997-98 son nuestros referentes.
En ambos casos y en todos los demás, El Niño refiere a la intensificación de las lluvias de verano que empiezan en diciembre, porque el APS colapsa u oscila. ¿Cuándo? Pues cuando debió estar fuerte: en el invierno austral. Pero como en esos meses que debieron ser fríos fueron calurosos, entonces, al llegar diciembre, el verano austral; tenemos calor más calor: ENOS
La información meteorológica que se recibe es del arribo de aguas cálidas. ¿Así se define un ENOS?
También ha habido una pequeña información sobre el debilitamiento del APS; pero, ¿Estamos en el invierno?
La palabra debilitamiento es diferente de oscilación.
Si se reconoció científicamente que el efecto de la oscilación (del colapso) del APS durante el invierno austral se manifiesta con lluvias intensas en el inicio del cambio estacional del planeta hacia el verano del hemisferio sur, es decir, para Paita, en diciembre, periodo del nacimiento de El NIÑO Jesús, ¿Por qué referirse como evento EL NIÑO a uno que no cumple con su definición?
Porque no se trata de una oscilación en invierno, ni sus efectos se manifestarán como intensificación de lluvias de verano desde diciembre.
Los registros de presión provenientes del sur así lo muestran (Gráfico 1). EL gradiente de presión que se observa desde Tacna hasta Piura es el reflejo de la presión que viene desde el Pacífico Sur o del APS por toda la costa de sur a norte. Claramente se observa como en 2012 y 2014 (Gráfico 2) la presión se debilitó y fueron los años en que notablemente se presentaron las ondas Kelvin creando las condiciones de alta temperatura pasado el mes de marzo.
Al igual que actualmente en 2015; en periodos similares de 2012 y 2014 también se activaron alertas de EL NIÑO debido a Ondas Kelvin que arribaron a las costas del Perú, por el debilitamiento del APS al iniciarse el otoño austral como se observa en los registros de presión atmosférica a lo largo de la costa peruana (NOAA.2012 y 2014). En 2012 inclusive ese debilitamiento se manifestó de mayo a julio y en 2014 de abril a junio, eventos que fueron registrados por el Centro por Internacional para la Investigación del Fenómeno EL NIÑO como valores negativos del índice de oscilación del sur (IOS) (Gráfico3)
(CIIFEN 2014, 2015)3. En ambos casos el APS se reactivó súbitamente, como en agosto en el 2012 (Gráfico 4)y en julio en 2014 que son los meses de mayor intensidad de su actividad, poniendo nuevamente en marcha la corriente fría de Humboldt y alejando las aguas calientes del mar peruano. Por tanto, antes de declarar que habrá un ENOS de gran magnitud hay que verificar lo que sucederá julio-agosto.
La consecuencia práctica es que no se registraron las lluvias intensas que generan verdaderas alteraciones en la época diciembre hasta abril o mayo como sucedió en los eventos ENOS de alta intensidad y que es la mayor preocupación para la actividad agrícola y la infraestructura mayor de riego. Sin embargo, la infraestructura vial sigue siendo vulnerable a cualquier intensidad de lluvia.
Si se quiere dar explicaciones a una anomalía que comienza a ser recurrente, por qué no emplear otro término alterno, como “periodo de ondas Kelvin”, pero no “El Niño de mayo”.
La Fase cálida de la oscilación del sur conocida como el Niño, es sinónimo de lluvias fuertes de verano en el norte del Perú. Sin embargo, efectos similares pueden presentarse por periodos cortos ante la llegada de fuertes ondas Kelvin a la costa. La declaración de eventos EL NIÑO en meses en que no se puede constatar la oscilación del Anticiclón del Pacífico Sur y sin ocurrencia de lluvias intensas que alteran de manera significativa la actividad agraria e infraestructura solo genera confusión en la percepción y capacidad de reacción ante un verdadero ENOS. El ENOS implica la permanencia de aguas cálidas por periodos de más 5 a 6 meses después del verano y cuyo efecto acumulativo se acopla con la llegada aguas calientes del verano austral siguiente que produce lluvias intensas a partir de diciembre, como en los años 1982/83 y 1997/98 de los eventos más fuertes y 1986/87 y 1991/92 como eventos débiles (NOAA/ National Weather Service NOAA Center for Weather and Climate Prediction Climate Prediction Center.2014).
En síntesis: Si llegamos a setiembre sin descenso de las temperaturas del mar (invierno sin anticiclón activo), entonces estaremos verificando la oscilación del sur y podremos decir: INMINENTE NIÑO.
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[1] Arntz, Wolf y E. Farhbach. 1996. EL NIÑO. Experimento climático de la naturaleza. Fondo Cultura Económica. México.
2 Huertas Lorenzo. 2001. DILUVIOS ANDINOS a través de las fuentes documentales. Pontificia Universidad Católica del Perú. FONDO EDITORIAL.
3 Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno de El Niño (CIIFEN). Boletín julio 2014 y Boletín abril 2015