Con las resoluciones del Ministerio del Ambiente N° 199, 202, 204 y 206, fueron reconocidas las nuevas Áreas de Conservación Privada (ACP) de propiedad de las Comunidades Campesinas Yacila de Zamba, Juan Velasco Alvarado de Chililique Alto, San Bartolomé de los Olleros y Belizario Ramón Ascencio de Porcuya-Limón Km 38 respectivamente. Estas nuevas áreas de conservación se ubican en las provincias de Ayavaca, Morropón y Huancabamba.
Las cuatro nuevas ACP de Piura abarcan ecosistemas de bosque seco y bosque de neblina, protegen 418 especies de animales: aves (311), mamíferos (64), anfibios (43); y 513 especies de plantas, muchas en peligro de extinción.
Este logro fue posible gracias al apoyo técnico del Proyecto: “Fortalecimiento de Capacidades para la Gestión del Sistema Regional de Conservación de Áreas Naturales-SRCAN”, el mismo que es implementado por la Gerencia de Recursos Naturales y Gestión del Medio Ambiente de Gobierno Regional Piura. Proyecto que a la fecha ha logrado el reconocimiento de nueve Áreas de Conservación Privada en la región.
“Con este proyecto se realizó el expediente técnico que consta de los estudios biológicos de animales y plantas que hay en la zona. Este documento sirve también para futuros proyectos además del reconocimiento como ACP”, manifestó Víctor Córdova Calle, presidente de la Comunidad Campesina Yacila de Zamba de Ayavaca.
Estas cuatro áreas de conservación suman 4 mil 965.82 hectáreas que son reconocidas bajo la modalidad de Privadas. Las ACP es una de las modalidades de conservación existentes y son predios de propiedad privada que por sus características ambientales, biológicas, paisajísticas u otras análogas; contribuyen a complementar la cobertura del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sinanpe) que en nuestra región es el SRCAN (Sistema Regional de Conservación de Áreas Naturales) donde pertenece el proyecto que apoya al reconocimiento de estas áreas de conservación.
Con las ACP se aporta a la conservación de la diversidad biológica e incrementa la oferta para la investigación científica y la educación, así como las oportunidades para el desarrollo del turismo especializado y de usos compatibles del bosque.
La población se beneficia con el área de conservación porque pueden apalancar fondos para desarrollar proyectos (como el ecoturístico, de investigación, turismo, etc). Ya reconocida el área de conservación y los estudios con los que cuentan (biológicos e inventarios forestales), tienen los insumos necesarios para desarrollar perfiles y puedan conseguir presupuestos para el desarrollo de actividades que sean sostenibles con el ambiente y que los beneficien directamente generando la mejora de sus condiciones de vida.